CASA REAL
Reino Unido
Según el experto real Richard Eden

La tiara de la discordia: el momento en el que todo comenzó a estropearse entre Meghan Markle y la reina Isabel

La relación entre la duquesa de Sussex y la reina de Inglaterra empezó a torcerse a partir del momento en el que Isabel II puso a su disposición las tiaras para la boda. Diferentes criterios derivaron en un diálogo frío y distante. "Meghan consigue lo que quiere", dijo el príncipe Harry; "Meghan se pondrá la tiara que yo le dé", afirmó la monarca.

La reina Isabel II y Meghan Markle, en junio de 2018.
La reina Isabel II y Meghan Markle, en junio de 2018.GTRES
Actualizado

Días previos a la boda del príncipe Harry (40) con Meghan Markle (43) ocurrió un hecho relevante que puso en jaque la relación entre Isabel II y su futura nuera. El episodio en cuestión se conoce como "la tiara de la discordia", ya que para el gran día que tuvo lugar el 18 de mayo de 2018 en el castillo de Windsor la novia tenía que lucir espectacular con una de las joyas de los Windsor.

Ha habido diferentes versiones de esta historia, pero ahora ha sido Richard Eden, experto en temas reales del Daily Mail, quien ha desvelado en su serie de YouTube Reading the Royals lo que realmente ocurrió el día de la prueba de las joyas. La reina ofreció amablemente a la futura duquesa de Sussex acceso a una fabulosa colección de tiaras que habían llevado en ocasiones especiales otros miembros de la Casa. Aquella primera toma de contacto el príncipe Harry la describió como "una mañana fantástica".

Para saber más

Con su gesto, la monarca fue más allá, ya que también cedía su vestidor privado para que Meghan se probara la tiara delante de ella, de un experto joyero real y, por supuesto, de Angela Kelly, que no solo era su Ayudante Personal, Asesora y Comisaria de Joyería, Insignias y Vestuario sino que además se convirtió en una de sus confidentes preferidas. Y aquí vino el problema, a tenor de lo que cuenta Richard Eden.

Meghan quería probarse la tiara una vez que George Northwood, su peluquero de confianza, hubiera ideado el peinado perfecto para la boda. La situación se complicó cuando la ex actriz quiso organizar la prueba con Kelly y fue difícil acordar una fecha. La situación llegó a tensarse en demasía, ya que el tono de los mensajes entre la pareja real y el Palacio enervó a Angela Kelly. Obviamente, lo que a priori parecía un asunto fácil se complicó de tal manera que a Isabel II no le hizo ninguna gracia.

Markle, el día de su boda.
Markle, el día de su boda.GTRES

A modo de venganza, el duque de Sussex explicó en sus memorias tituladas Spare que él en ningún momento dijo "Meghan consigue lo que quiere", pero sí dejó caer que la estilista les había mirado "fijamente hasta el punto de hacernos estremecer". Y añadió: "Pude leer una clara advertencia en su rostros de que esto no había terminado". Al igual que en otros episodios familiares, el hijo de Carlos III (76) consideró que a su prometida no se le estaba otorgando el lugar que merecía. Poco a poco, el comportamiento de los Sussex fue exasperando al resto de la familia real.

Hace tres años, Andrew Morton, uno de los mayores expertos en todo lo relacionado con los Windsor, afirmó en su biografía Meghan, una princesa de Hollywood que la novia quería una determinada tiara con esmeraldas, pero no pudo ser por diferentes motivos. "Meghan se pondrá la tiara que yo le dé", parece que espetó la monarca. A partir de ahí empezó a agriarse la relación.

La tiara que finalmente lució Meghan el día de su boda.
La tiara que finalmente lució Meghan el día de su boda.GTRES

La última aparición pública de Meghan tuvo lugar en el restaurante argelino Gjelina donde apoyó a su amiga Kali Lee, experta colorista que organizó una fiesta para el lanzamiento de su nueva línea de cuidado del cabello. Entre sus clientes famosos figuran Julia Roberts (57) y Brad Pitt (60).