CELEBRITIES
DRAMA FAMILIAR
Jane Seymour

Desheredan al conde de Yarmouth sus padres por "tonto", "pomposo" y "holgazán"

Estaba destinado a heredar la casi totalidad de la fortuna de los descendientes de la segunda mujer de Enrique VIII pero sus pretensiones hicieron que sus padres, los marqueses, rectificaran. Les ha llevado a juicio por el daño causado ya que se había preparado toda la vida para ser el heredero.

Desheredan al conde de Yarmouth sus padres por "tonto", "pomposo" y "holgazán"
PREMIUM
Actualizado

Quizás no sean conscientes de que en Inglaterra las grandes familias aún se rigen (aunque no por ley) por el mayorazgo. Esto significa que el hijo mayor (siempre un hombre) hereda casi la totalidad del patrimonio, aunque una costumbre impone la obligación de dejar bien situados al resto de los hermanos mediante un matrimonio provechoso.

Inglaterra vive estos días pendiente del dramita de William Seymour, conde de Yarmouth (32 años), a quien sus padres, los marqueses de Hertford, han llevado a los tribunales. Esto, a pesar de que, como primogénito de la nobilísima casa [descendientes de Jane Seymour, III , tercera mujer de Enrique VIII] estaba destinado a heredar el marquesado y Ragley Hall, una propiedad valorada en 100 millones de euros que, además de la clásica mansión [se dice así], incluye 2.400 hectáreas. Todo empezó cuando el conde pidió a sus padres hacerse con la finca antes de cumplir 30 años, la misma edad a la que su padre la había heredado.

Según cuentan los marqueses, Harry (66 años) y Beatriz (64 años), su hijo les escribió una carta de alto voltaje en la que aducía que el motivo para adelantar cinco años la herencia era que su padre había perdido facultades mentales y que era necesario cambiar a los responsables del fideicomiso que custodiaba la fortuna familiar. Finalmente, los padres decidieron privarlo de heredar la propiedad, del mayorazgo.

Echaban gran parte de la culpa a la mujer con la que su hijo se casó en 2018, una banquera de Goldman Sachs llamada Kelsie (30 años), que ahora ejerce de marquesa de Yarmouth. Según el conde, desde que anunciaron su boda, sus padres comenzaron a boicotearles.

La tía lady

"Todo, desde la tipografía de las invitaciones hasta nuestra intención de usar Ragley Hall como lugar para la ceremonia (incluso permitieron que se organizara un evento el día antes), fue objeto de críticas", asegura. Y, por supuesto, algunas de esas críticas se filtraron a la prensa para regocijo nacional. Fue el caso de la carta que su tía, Lady Carolyn Seymour, le escribió en respuesta a la invitación de boda: "[Es] tan embarazosamente horrible que casi resulta risible, si no fuera tan trágico", escribió. "¿Desde cuándo se empieza con la corona del novio en la parte superior de la página? Además, ni siquiera has usado el azul de Ragley ni la fuente correcta... ¿Y desde cuándo tu nombre aparece antes que el de la novia?" La misiva acababa con una reprimenda de la dama a su sobrino por sugerir cómo debían vestirse los invitados: "¡Dios mío! ¿Qué eres? ¿El pequeño Lord Fauntleroy (el personaje de El pequeño Lord)?" Y se despedía con un contundente: "Pomposo imbécil/tonto/idiota: elige el que prefieras... Tu siempre amorosa tía". [¡Ojalá nos filtraran este tipo de cosas en LOC!]

La lucha alcanzó su punto álgido el mes pasado, cuando los marqueses y su hijo se enfrentaron en el Tribunal Superior de Londres. El conde acusó a sus padres de haberlo "excomulgado" de la familia y de Ragley Hall. Al parecer, se sentía traumatizado y estresado, ya que había pasado toda su vida esperando heredar Ragley, junto con la responsabilidad -y la riqueza- que ello conllevaba. También explicó que ha necesitado "ayuda profesional y terapia para afrontar el trauma que ha sufrido como consecuencia". "Fue realmente estresante y difícil", declaró.

Los ingleses suelen ser reservados, pero los marqueses contraatacaron diciendo que su hijo había actuado de manera "irrazonable y vengativa", y que exhibía su "trauma" como si fuera un "bolso de diseño". Un comentarista describió el caso del conde como "la historia más triste de autocompasión exagerada" y un "relato ridículo de victimismo desmesurado".

En una de sus múltiples entrevistas, el conde ha insistido en que la carta en la que afirmaba que su padre no estaba en plenas facultades fue simplemente la de "un hijo preocupado". Sin embargo, lamenta que "[el marqués] nunca ha hablado en persona [con él] sobre ello". También se queja de que sus padres no quieren ver ni en pintura a sus nietos de cinco y tres años. Como es lógico, la disputa se ha extendido incluso a los hermanos del conde -Lady Gabriella Seymour (32 años), Lord Edward Seymour (30 años) y Lady Antonia Seymour (26 años)-, quienes apoyan a sus padres en contra de su hermano mayor, que iba a quedarse con todo.

Grabaciones

El tribunal pudo escuchar que el conde de Yarmouth ya había recibido terrenos y propiedades de la finca por un valor superior a los cuatro millones de libras antes de cumplir 21 años, y que no mostró "mucho interés por la finca o los fideicomisos" hasta 2017, un año antes de su boda. También se expuso que el conde no completó sus estudios de agricultura y que su padre estaba "decepcionado por la falta de logros de su hijo".

El conde se defiende: "Si soy un holgazán inútil, ¿cómo es que hemos creado lo que se considera el mejor licor floral del mundo?", dice, refiriéndose a un premio reciente que ganó St Maur, la empresa de bebidas que los Yarmouth fundaron después de su boda en 2019, utilizando flores de saúco de la finca.

Los marqueses también lo acusaron de grabar conversaciones con los fideicomisarios que administran los patrimonios familiares —Ragley Trust Company Ltd y Seymour Trust Company Ltd— con el fin de apartarlos del control de la fortuna de la familia.

El conde, sin embargo, asegura que en realidad es profundamente disléxico y que utiliza notas de voz y grabaciones de audio para retener información.