
Damasquinado toledano / Foto: Jorge Rodríguez (Europa Press)
El Gobierno de Castilla-La Mancha inicia este jueves el expediente para la declaración como Bien de Interés Cultural (BIC), con categoría de Bien Inmaterial, del damasquinado de Toledo con su publicación en el Diario Oficial de Castilla-La Mancha (DOCM), con el objetivo de adoptar las medidas oportunas para promover, difundir y salvaguardar una industria artesanal muy identitaria de la capital regional.
Así lo ha anunciado el presidente castellanomanchego, Emiliano García-Page, durante la inauguración del Centro Regional de Artesanía de Castilla-La Mancha en la Mezquita de Tornerías de Toledo, un centro que aunará la promoción, gestión y comercialización de la artesanía regional con servicios culturales, turísticos y formativos.
“Se trata de una mezquita muy querida y sentida en Toledo”, ha señalado el presidente, cuya rehabilitación ha ascendido a 1,7 millones de euros. Este edificio “que tiene un alcance patrimonial y monumental extraordinario”, podrá ser visitado gratuitamente hasta Semana Santa. Posteriormente, acogerá una importante exposición sobre damasquinado.
En este sentido, la consejera de Economía, Empresas y Empleo, Patricia Franco, ha adelantado que será en el mes de abril cuando se inaugure esa exposición que contará también con damasquinado de Éibar (Guipúzcoa).
"No es casual que la primera exposición sea el damasquino, de origen musulmán", ha señalado García-Page, que ha defendido que, pese al retraso para iniciar los trámites de la declaración del damasquinado como BIC, "no hay momento malo siempre que el objetivo sea el que todos perseguimos".
Valor patrimonial de esta labor artesanal
Ha sido la Fundación Damasquinado la que realizó la solicitud para incoar el expediente, mientras que la Viceconsejería de Cultura ha “constatado” el valor patrimonial de esta labor artesanal. El organismo lo describe como un “laborioso arte ornamental”, en el que se incrusta hilo de oro o plata en un soporte de hierro o acero dulce, para crear un “mordiente” donde se puede “incrustar el metal noble”.
Una técnica compleja que busca una mayor protección, ya que se ha convertido en el “oficio más identitario de la ciudad”, con un “importante” número de artesanos que han aprendido el oficio. “El tiempo y el espacio de trabajo del damasquinado forma parte ya del devenir histórico de la ciudad de Toledo y de su entorno inmediato, habiéndose constatado en ellos la evolución propia de una actividad que empezó sirviendo a las élites militares y nobiliarias y que ha alcanzado en la actualidad a las masas turísticas, sin perder, por ello, su esencia artesana y artística”, describe el expediente.
Es por ello que reivindican que se debe tener en cuenta su “importancia” en la vida y el contexto socioeconómico de la localidad y afirman que “como actividad económica se sitúa en un rango muy importante dentro del sector turístico toledano, funcionando como un polo de atracción a nivel nacional e internacional”.
Más allá de esto, señalan que declararlo como Bien de Interés Cultural implica la necesidad de adoptar medidas oportunas para “promover, difundir y salvaguardar” la industria artesanal. Desde su identificación, preservación, promoción y valorización, hasta su trasmisión a través de la enseñanza y su revitalización.